El mundo cuadriculado está sobrevalorado y es aburrido. Suelte a su propia loca de la casa.

 

La loca de la casa
Rosa Montero
Debolsillo
250 páginas
Narrativa española
Edición 2021

"Este libro es una novela, un ensayo, una autobiografía. La loca de la casa es la obra más personal de Rosa Montero, un recorrido por los entresijos de la fantasía, de la creación artística y de los recuerdos más secretos. Es un cofre de mago dl que emergen objetos inesperados y asombrosos. La autora emprende un viaje al interior de un juego narrativo lleno de sorpresas. En él se mezclan literatura y vida en un cóctel afrodisíaco de biografías ajenas y autobiografía novelada. Y, así, descubrimos  que el gran Goethe adulaba a los poderosos hasta extremos ridículos, que Tolstoi era un energúmeno, que Montero, de niña, fue una enana, y que, con veinte años, mantuvo un estrafalario y desternillante romance con un famoso actor. Pero no deberíamos fiarnos de todo lo que la autora cuenta sobre sí misma: los recuerdos no son siempre lo que parecen. Un libro sobre la fantasía y los sueños, sobre la locura y la pasión, sobre los miedos y las dudas de los escritores, pero también de los lectores. La loca de la casa es, sobre todo, una tórrida historia de amor y salvación que hay entre Rosa Montero y su imaginación"

...convirtiendo el informe barullo del tiempo en algo organizado.

..las desgastadas pizcas del pasado, parecen colocarse en su lugar.

mi primer amor lo suficientemente contundente como para marcar época debió ser entorno a los veinte años.

la adolescencia y la infancia se hunden en el magma amorfo y movedizo del tiempo sin tiempo, en una turbulenta confusión de escenas sin datar.

Para ser tenemos que narrarnos, y en ese cuento de nosotros mismos hay muchísimo cuento: nos mentimos, nos imaginamos, nos engañamos. (1)

Y lo que uno recuerda de la historia común familiar suele ser completamente distinto de lo que recuerdan los hermanos. (2)

A veces intercambio una cuantas escenas del pasado con mi hermana Martina, como quien cambia cromos y el hogar infantil que dibujamos una y otra apenas si tiene puntos en común. Sus padres se llamaban como los míos y habitaban en una calle con idéntico nombre, pero eran indudablemente otras personas.

De manera que nos inventamos nuestros recuerdos, que es igual que decir que nos inventamos a nosotros mismos, porque nuestra identidad reside en la memoria, en el relato de nuestra biografía.
.
..la imperiosa urgencia de escribir sobre la escritura, (4)

de la invención narrativa sin tener en cuenta que la primera mentira es lo real. (3)

Me parece que también ella debía de contabilizar los días en libros y amantes. (5)

En escritura no necesitas la colaboración de otra persona (6)

Creo que percibimos el paso del tiempo con especial sensibilidad o virulencia, como si los segundos nos tictaquearan de manera ensordecedora en las orejas.

Otras veces es una brutalidad subjetiva...
 
Por eso, el hecho de que en la biografía de un novelista no haya constancia de esa catástrofe privada no quiere decir que no haya existido (yo también tengo mi duelo personal: y tampoco lo cuento. (7)

Sin embargo, me hizo fijar la atención en las mentiras que, al poco tiempo, me fue necesario decir: ese es, según presumo, el fundamento de mis esfuerzos literarios.

Y al fondo de todo, más allá de nuestras fantasmagorías y nuestros delirios, momentáneamente contenida por este puñado de palabras como el dique de arena de un niño contiene las olas de la playa, asoma la muerte, tan real, enseñando sus orejas amarillas.

Decía Faulkner que una novela "es la vida secreta de un escritor, el oscuro hermano gemelo de un hombre.

Esto no es baladí

Creo que todos los humanos entramos en la existencia sin distinguir bien lo real de lo soñado; de hecho la vida infantil es en buena medida imaginaria. El proceso de socialización, lo que llamamos educar, o madurar, o crecer, consiste precisamente en podar las florescencias fantasiosas, en cerrar las puertas del delirio, en amputar en nuestra capacidad de soñar despiertos; 

Supongo que somos como los bufones de las cortes medievales, aquellos que pueden ver lo que las convenciones niegan y decir lo que las conveniencias callan.

oprobio

el momentáneo descoloque espacial que produce toda caída.

Un mal año para Miki

Y la primavera se abría paso entre los jirones del invierno.

Y en una evolución soterrada y perniciosa como el desarrollo de un tumor.

era una manera de expresar los miedos al horror de la vida y sobre todo a la propia muerte, que es un descubrimiento de la cuarentena, porque, de joven, la muerte siempre es la muerte de los demás.

Porque las novelas como los sueños nacen  de un territorio profundo y movedizo que está más allá de las palabras.

A veces tengo la impresión de que surjo de lo que he escrito como una serpiente surge de su piel, dice Vila-Matas en El Viaje vertical

..con los ojos heridos por el resol de la fachada y escuchando el furioso flamear de la bandera.(8)

Los novelistas, escribanos incontinentes.

Tal vez la sensación de inmortalidad que sentimos cuando amamos sea una intuición de nuestro triunfo orgánico; (9)

Mi padre se marchó sin añadir palabra, casi sin despedirse, en dirección a los veinticinco años de vida que todavía le quedaban por delante; yo también me fui camino al resto de mi vida.

Luego todo empezó a perderse en el horizonte hasta ser engullido por la línea del tiempo. M se convirtió en un recuerdo tan remoto y poco personal como las ruinas de una pirámide maya.

ansia de singularidad..

esas seductoras melodías han destruido a más de una naturaleza débil.

para escribir una mala obra, hace falta tener una desfachatez especial ...hace falta que no te importe ser un tramposo y halagar los bajos instintos de la gente.

"Escribir es como practicar la prestidigitación. Si te limitas a mencionar una silla, evocas un concepto vago. Si dices que está manchada de azafrán, de pronto la silla aparece, se vuelve visible" Naipaul, premio nobel de literatura 2001

El envejecimiento es un proceso orgánico bastante lamentable que apenas si tiene un par de cosas buenas (una, que, si te esfuerzas, aprendes algunas cosas; y dos, que es la mejor prueba de que no te has muerto todavía.

Para escribir, en fin, conviene seguir siendo niño en alguna parte de ti mismo.

Novelas de autores antiguos totalmente olvidadas y descatalogadas que, sin embargo, a mi me han parecido buenísimas, y que previsiblemente nunca regresarán del cementerio.

Escribir es flotar en el vacío.

El miedo imaginario suele ser siempre peor que el peligro o el dolor real.

Desde el principio de los tiempos, el mito ha sido la mejor manera de combatir el silencio.

La novela es el único territorio literario en el que reina la misma imprecisión y desmesura que en la existencia humana. Es un género sucio, híbrido, alborotado.

Reconozco el titubeante aliento de las cosas. (10)

Hablando de paradojas: Kemplerer incluye en su libro una escena espléndida que refleja la naturaleza profundamente equívoca de la realidad. En los meses últimos de la guerra, cuando están huidos y vagan aterrorizados por el campo. Kemplerer y su mujer se ocultan en un bosque cercano a la ciudad de Plauen, que está siendo bombardeada periódicamente por los aliados. Es el mes de marzo y, aunque aún hay nieve, la primavera empieza a percibirse en el ambiente. Pero, para Kemplerer, el bosque tiene un inequívoco ambiente navideño, porque las ramas de los abetos están llenas de centelleantes tiras de papel plateado que los aviones aliados arrojan para confundir a los radares alemanes,...

(11) Habla de los hombres que quieren dejar huella, tienen ansia de posteridad. 
Y es una ambición que no afecta tan solo a los idiotas. 

El tiempo todo lo tritura, todo lo deforma y todo lo borra.

Me considero feminista o, mejor decir antisexista porque la palabra feminista tiene un contenido semántico equívoco.

Detesto la narrativa utilitaria y militante.

Ahora bien: cuando generaciones y generaciones de escritores han conseguido dar forma pública y literaria a un tema, cuando han logrado convertir en un mito expresivo, esa realidad ya pasa a ser material común de todos los humanos. Porque leer es una forma de vivir. Quiero decir, que yo, que detesto embarcarme, que nunca he estado en altamar y me mareo incluso en el vaporetto de Venecia, podría sin embargo escribir una narración que incluyera ingredientes marinos porque conozco lo que es eso gracias a mis lecturas.

Yo siempre había vivido en un nido de palabras, me había quedado atrapada en el silencio.

...dejó el mundo cubierto por un fino velo de irrealidad.

Terminé perdiendo el miedo al miedo.

Pero me parece que el desorden psíquico más común entre los novelistas es la mitomanía.

Lo mismo hacía Hemingway, que era un mitómano fanfarrón y desagradable.

Se convirtió en un loco oficial

Del Quijote: "no se muera vuesa merced, señor mío, sino tome mi consejo y viva muchos años, porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida, es dejarse morir, sin más ni más, sin que nadie lo mate, ni otras manos le acaben que las de la melancolía."

La cultura es siempre así, capa tras capa, de citas sobre citas, de ideas que provocan otras ideas, chisporroteantes carambolas de palabras a través del tiempo y el espacio.

Con Rosa Montero que ya está lista.

Así se van perdiendo los días y la memoria en el despeñadero de la memoria.

Puede que la imaginación compita con la memoria...

Extirpar una reminiscencia, suturar un recuerdo.

El pasado no existe. 

Le rememora paraísos perdidos, promesas traicionadas, felicidades rotas.

siente que estaba relacionada con un tiempo de dicha que ahora ha terminado.

La amarga tristeza de la pérdida.




Como buena escritora de ficción, los que hemos leído esta obra de Rosa Montero, hemos sido engañados por triplicado con un chisme de su historia personal, que me temo, ni siquiera debe ser cierto. Ha sacado su propia loca de la casa para enseñarnos, que en las novelas, todo es posible. 

La sección de comillas estuvo muy nutrida. Escribe con ritmo y es muy agradable recorrer página por página. El vocabulario que utiliza es riquísimo. Tiene una forma original de decir las cosas. Usa metáforas maravillosas. Quisiera memorizarlas y utilizarlas a menudo, son muy finas. Hay muchos datos sobre escritores, chismes variados muy curiosos.
 
 De aquí para abajo son mis apuntes en los bordes del libro.

¿Y usted cómo ordena los recuerdos de su vida? Rosa lo hace con un cómputo de novios y de libros.

(1) o no reconocemos nada.

(2) Recuerdo el libro de Lawrence Durrell, que de una misma situación escribe 4 ? puntos de vista. No lo he ensayado con los hermanos, pero doy fe de la visión tan diferente de la misma situación con un antiguo novio. Hoy en día, la música que me recuerda a esta persona, no concuerda con la que él recuerda de la misma época. Es más creo que a él ya le comienza a fallar la memoria y me confunde y asocia un grupo de cantantes posterior. Sin ninguna duda su verdad, es diferente de mi verdad.

(3) las ventajas del mentiroso. Si es realmente más creativo. Esa mala maña de decir siempre la verdad, mutila la imaginación.

(4) la imperiosa urgencia de escribir, que queda sepultada ante imperiosa urgencia de la lista de tareas para hacer. 

(5) Contabilizamos en amantes, en trabajos, en carreras, en hijos, en maridos, en casas, en viajes, en paseos y en familiares.

(6) jaja y en el amor si. Las colaboraciones pueden convertirse en pesadillas, en trabajos hechos con empeño que no son apreciados en la misma proporción del esfuerzo realizado. Pero son los riesgos que se contraen al aficionarse a las endorfinas que uno mismo produce, creyendo que su "muso" está en sintonía. Es la utilización de media humanidad por la otra media. Nadie puede declararse inocente. Unos salimos premiados de estos encuentros y otros salimos malheridos. El final es lo que cuenta, como en cualquier novela. Se sufre todo el rato pero termina bien. Setecientas hojas de sufrimiento pueden ser el camino para tres páginas de felicidad al final. 


(7) mi catástrofe privada no la cuento, aquí se deja una página en blanco o en negro, con su respectivo obituario. Como cualquier tumba reposa en ella lo que deba enterrarse y como cualquier tumba con el tiempo estará afectada, desleída, medio borrada, para regocijo del doliente y para molestia, al menos, del causante. Yace aquí el momento de mi vida que mereció que se lo tragaran los gusanos. Descanse en paz.
Se pueden tener varias páginas de este tenor, en la autobiografía.

Y es que a mí no me ha pasado casi nada. Como Navokov que lo perdió todo en la Revolución Rusa, como Simone de Beauvoir que siendo rica empobreció a nivel cuchitril. A Vargas Llosa le resucitó el padre y le robó el trono. Joseph Conrad, ni siquiera se llamaba así porque era polaco y fue desterrado con un padre "que más que enfermo era un hombre vencido". Nadie quiere ser digno de semejante calificativo: hombre vencido.

Y quien quiere ir a la oscura y húmeda Inglaterra. Solo los rusos.

Y pues no, no bulle un torrente de palabras en el cerebro, como a los escritores.

(8) Y hablando de visiones. Con los ojos heridos por la resolana del atardecer que caía en la estructura del puente, iluminándolo etéreamente, apareció de la nebulosa contraluz, la silueta de Alfonso, con el caminado inconfundible, en un instante cinematográfico en el día previo a las elecciones. Una visión etérea del prosaico momento de recargar la tarjeta del bus.

(9) Y si la sensación sea, que luego de amar, podría uno morir con toda tranquilidad, porque alcanzó la euforia más grande de que se es capaz?

Los muy comunes pensamientos que atormentan a los escritores. Casos anecdóticos de Goethe, Truman Capote y otros al parecer sentimientos generalizados y características típicas de los escritores buenos y de los malos tambien. Reflexiones de escritores.

(10) Por eso debió ser que Albert Einstein, quien estudió la relatividad, era alemán. Encontró que el paso del tiempo era un alemán más, severo, inquebrantable, riguroso. El paso del tiempo es un bloque de concreto que nos cae en la cabeza permanentemente y sin pausa durante toda nuestra existencia. Debió pensar que con esa realidad tan tozuda, había que hacer algo. 

(11) Y al final ni huella dejan, no van a pasar a la posteridad. Con el agravante que ni presente opaco o reluciente tienen. Ni siquiera aparecen en Google.

Es un poco petulante pensar que uno puede escribir su propia necrología. Al morir se perdió ese derecho. Las auto necrologías deberían prohibirse por ley. Es vanidoso. El fallecido ya perdió ese derecho. Lo que corresponde es que quien lo sobreviva y haga la necrología, trate de no ser tan cruel con los parientes sobrevivientes.

Toda la obra va de la importancia de la imaginación. La que la vida diaria va mutilando poco a poco.

Recuerdo a alguien con el: "ya está lista". Porque suceda lo que suceda, siempre está lista y disponible. Alguien si vida propia. Solo se le llama y está lista, disponible para lo que se le requiera. Casi siempre con matiz de obligación que de diversión.

Cazar mariposas...redes para cazar mariposas.

Me gusta Rosa, leerla es como charlar con alguien inteligente y agudo. 
Felices lecturas, fáciles y entretenidas. 





@@@@@ amor 





























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