Escribir uno o dos libros basta. Hermosa Harper Lee.

 



Matar a un ruiseñor
Harper Lee
B de bolsillo
416 páginas
Narrativa estadounidense
Edición 2019

Jean Louise Finch evoca una época de su infancia en Alabama, cuando si padre, Atticus, decidió defender ante los tribunales a un hombre negro acusado de violar a una mujer blanca. Novela de iniciación, Matar a un ruiseñor muestra una comunidad, la del sur de los Estados Unidos durante la década de 1930, dominada por los prejuicios raciales, la desconfianza hacia lo diferente y la rigidez de los vínculos familiares y vecinales, así como por un sistema judicial sin apenas garantías para la población de color. 


Como no tenemos edad para terminar la discusión a puñetazos...(entre hermanos).

Simon vivió hasta una edad impresionante y murió rico.

Planes excéntricos, extrañas ambiciones y fantasías raras.
 
Mister Radley estaba agonizando, se tomó su tiempo para morir.

Compartiendo en secreto sus desdichas y pequeñas victorias.

Hasta que temí perderlo, jamás me embelesó leer. A uno no le embelesa respirar.

Los egipcios inventaron en papel higiénico y el embalsamamiento perpetuo, y me pregunto dónde estaríamos hoy en día si no los hubiesen inventado. Atticus me dijo que borrase los adjetivos y me atuviese a los hechos.

No es equitativo para tí ni para Jem, lo sé, pero a veces hemos de tomar las cosas del mejor modo posible, y del modo que nos comportemos cuando estén en juego las apuestas.

Los ruiseñores no se dedican a otra cosa que a cantar para alegrarnos. No devoran los frutos de los huertos, no anidan en los arcones del maíz, no hacen nada más que derramar el corazón, cantando para nuestro deleite. Por eso es un pecado matar un ruiseñor.

Pero antes de poder vivir con otras personas tengo que vivir conmigo mismo. La única cosa que no se rige por la regla de la mayoría es la conciencia de uno mismo.

No había por qué decir que te pesaba si no te pesa.

No es un insulto que a uno le den un nombre que a otro le parece malo. Ello le demuestra a uno lo mísera que es aquella persona, y no le hiere.

Uno es valiente cuando, sabiendo que ha perdido ya antes de empezar, empieza a pesar de todo y sigue hasta el final pase lo que pase.

Además de otras características recientemente adquiridas, Jem había asumido un aire enloquecedor de hombre enterado.

Tenía un Buick cuadrado, verde brillante, y un chófer negro, ambos conservados en un estado de limpieza poco saludable.

Que tío Jimmy estuviera presente o ausente no implicaba una gran diferencia; tío Jimmy nunca decía nada.

Yo dije que me gustaría mucho, lo cual era una mentira, pero uno debe mentir en ciertas circunstancias... y en todas las ocasiones en que no pueda modificar las circunstancias.

Tenía modales de yate fluvial y de internado de señoritas.

Atticus decía que para ser cortés había que hablar a las personas de lo que les interesaba, no de lo que pudiera interesarnos a nosotros.

...que es posible detener a una cuadrilla, simplemente porque continúan siendo seres humanos.



Sin duda un magnífico libro. Impresiona que a través de diálogos simples en boca de una niña, logre revelar toda la forma de educar a una, dos o tres generaciones, con valores, con buenas formas, con respeto. 

Innovadora sin duda para su época en el tema del racismo y el logro de conquistas importantes de las mujeres. La protagonista está perfilada para ser una mujer de avanzada para su época. Impresiona cómo resalta la hipocresía de una sociedad que pregona ser igualitaria y democrática y que no lo es en lo absoluto.

Importantísimo el valor que aporta resaltar la injusticia con las personas de color en los Estados Unidos. Es el eje de la trama. El punto importante y el sentido de la novela.

Graciosos recursos para procurar el desenlace. Muy inteligentes y divertidos. Deja un personaje importante sin contar su versión del desenlace y utiliza para el cierre un personaje que permanece mudo toda la trama. Cobra vital importancia en el final.

La trama me devolvió a la infancia, a la niñez sin pantallas que tuvimos. Al gusto por los juegos con los amigos, a los libros en papel. Al disfrute de las cosas donde la imaginación era porción muy importante en el juego y con los amigos. Años en que las personas mayores podían ser "políticamente incorrectas" y ser odiosas, sin que ello significara tener permiso para maltratarlos. Épocas donde lo local, lo cercano era la vida. Lo alejado, lo nacional o internacional afectaba, claro,  pero solamente llegaban las consecuencias importantes y con retardo. 

Un gusto leer algo con la ausencia de inmediatez mundial, sin la copia de toda clase de posiciones importadas que se vuelven modas mundiales. Sin velocidad en la comunicación y sin lo asquerosamente llamado "viral" y "en redes".

De este libro hay película con el actor Gregory Peck. Solamente vi una parte, pero la adaptación me pareció graciosa. Es copia literal de los diálogos. Es gracioso también el enfoque (del libro y película) de considerar a un señor de 50 años un anciano que no está en capacidad de hacer grandes esfuerzos físicos. 

Si nos fijamos en la autora, Harper Lee, nació en 1926 y murió de 90 años. Tenía 34 años cuando escribió la novela, en 1960. En ese momento tal vez la esperanza de vida no era tan alta. Me inquieta pensar que ella y su generación creyeron que vivirían menos y terminaron viviendo una existencia larga. Como un 30% más. Si hago una prospectiva en el mismo sentido, de mi propia vida, creo que puedo vivir hasta los 90 pero con todos los avances llegaría a vivir hasta los 117 años. Ay! ¿Alguien tiene presupuestado ese horizonte?

Felices lecturas que transportan al pasado, y al futuro,




@@@@@+ amor






 


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