Reflexiones sin caducidad.



Memorias de Adriano
Marguerite Yourcenar
Unidad Editorial
237 paginas
Novela histórica, novela belga
Edición 1999


"Marguerite Yourcenar cuenta que una vez encontró, en una carta de Flaubert, esta frase inolvidable:
los dioses no estaban ya, y Cristo no estaba todavía, y de Cicerón a Marco Aurelio hubo un momento único en que el hombres tuvo solo. La autora de estas memorias de Adriano añade: he pasado una gran parte de mi vida tratando de definir, y luego de describir, a este hombre solo y por otra parte en relación con todo. Alabada por críticos de todo el mundo como una de las obras más singulares, bellas y hondas de la literatura del Siglo XX, estas memorias atraen constantemente nuevos lectores, interesados en el emperador del siglo II, casi un sabio, que fue a la vez uno de los últimos espíritus libres de la antigüedad."


Animula Vagula, Blandula 

El pórtico de Octavia. 
Luz de Barcelona. Luz de Bogotá.
Club de Lectura



¿Qué comentario pertinente se puede tener cuando se enfrenta a algo magistral? 

Ante esta grandeza, he optado por traer algunos apartes para deleite de quien los retome o quien los lea por primera vez. Me tomo el atrevimiento de poner un título a cada párrafo de comillas y un solo comentario en la cita del amor.

La sencillez y sinceridad del Emperador lo acercan hasta encontrar eco en nuestra propia existencia. No es un libro para leer a la carrera. Vale la pena leer y  dejar reposar de un día para otro. Cada frase es importante. 


Decepción de las personas
"El justo combate entre la inteligencia humana y la sagacidad de las fieras parecía extrañamente leal comparado con las emboscadas de los hombres"
 
El placer del paladar
"En algún tabuco de Egina o de Falera he saboreado alimentos tan frescos que seguían siendo divinamente limpios a pesar de los sucios dedos del mozo de taberna, tan módicos pero tan suficientes que parecían contener, en la forma más resumida posible, una esencia de inmortalidad."

El amor entendido como uno monolito de sensualidad
"Creeré en esa asimilación de amor a los goces puramente físicos (suponiendo que existan como tales) el día en que haya visto a un gastrónomo llorar de deleite ante su plato favorito, como un amante sobre un hombro juvenil. De todos nuestros juegos, es el único que amenaza trastornar el alma, y el único donde el jugador se abandona por fuerza al delirio del cuerpo. No es indispensable que el bebedor abdique de su razón, pero el amante que conserva la suya no obedece del todo a su dios."

"Partiendo de un despojamiento que iguala el de la muerte, de una humildad que excede la de la derrota y la plegaria, me maravillo de ver restablecerse cada vez la complejidad de las negativas, las responsabilidades, los dones, las tristes confesiones, las frágiles mentiras, los apasionados compromisos entre mis placeres y los del Otro, tantos vínculos irrompibles y que sin embargo se desatan tan pronto. El juego misterioso que va del amor a un cuerpo al amor de una persona me ha parecido lo bastante bello como para consagrarle parte de mi vida. Las palabras engañan, puesto que la palabra placer abarca realidades contradictorias, comporta a la vez las nociones de tibieza, dulzura, intimidad de los cuerpos, y las de violencia, agonía y grito."

"Reconozco que la razón se confunde frente al prodigio del amor, frente a esa extraña obsesión por la cual la carne, que tan poco nos preocupa cuando compone nuestro propio cuerpo, y que sólo nos mueve a lavarla, a alimentarla y llegado el caso, a evitar que sufra, puede llegar a inspirarnos un deseo tan apasionado de caricias, simplemente porque está animada por una individualidad diferente de la nuestra y porque presenta cierros lineamientos de belleza sobre los cuales, por lo demás, los mejores jueces no se han puesto de acuerdo."

(*) De momento en Animula Vagula, Blandula no encuentro que se refiera al amor maduro, al que queda luego del enamoramiento inicial. Adriano, de 60 años, ha perdido al amor de su vida. ¿No conoció el amor maduro, el que permanece durante muchos años?  Si escribe:  tantos vínculos irrompibles y que sin embargo se desatan tan pronto...

Anímula vágula, blándula, (mínima alma mía, tierna y flotante como lo traduce Julio Cortázar). Por cierto, el título de este capítulo es una alusión a los versos fúnebres de Adriano que el emperador escribió en su lecho de muerte. 

La belleza del olvido

"Clavado en el cuerpo querido como un crucificado a su cruz, he aprendido algunos secretos de la vida que se embotan ya en mi recuerdo, sometidos a la misma ley que quiere que el convaleciente, una vez curado, cese de reconocerse en las misteriosas verdades de su mal, que el prisionero liberado olvide la tortura, o el vencedor ya sobrio la gloria."

Inauguración de la inteligencia emocional

"He soñado a veces con elaborar un sistema de conocimiento humano basado en el erótico, una teoría del contacto en la cual el misterio y la dignidad del prójimo consistirían precisamente en ofrecer al Yo el punto de apoyo de ese otro mundo."

Una definición del amor

"En el caso de la mayoría de los seres, los contactos más ligeros y superficiales bastan para contentar nuestro deseo, y aun para hartarlo. Si insisten, multiplicándose en torno de una criatura única hasta envolverla por entero; si cada parcela de un cuerpo se llena para nosotros de tantas significaciones trastornadoras como los rasgos de un rostro; si un solo ser, en vez de inspirarnos irritación, placer o hastío, nos hostiga como una música y nos atormenta como un problema; si pasa de la periferia de nuestro universo a su centro, llegando a sernos más indispensable que nuestro propio ser, entonces tiene lugar el asombroso prodigio en el que veo, más que un simple juego de la carne, una invasión de la carne por el espíritu."

El sueño perfecto, anexo del amor; pero el sueño es el encuentro con los muertos 

"Concedo que el sueño más perfecto sigue siendo casi por necesidad un anexo del amor: reposo reflejo, reflejado en dos cuerpos. Pero lo que aquí me interesa es el misterio específico del sueño por el sueño mismo, la inevitable sumersión que noche a noche cumple osadamente el hombre desnudo, solo y desarmado, en un océano donde todo cambia, los colores y las densidades, hasta el ritmo del aliento, y donde nos encontramos con los muertos."

El insomnio

"¿Qué es el insomnio sino la obstinación maníaca de nuestra inteligencia en fabricar pensamientos, razonamientos, silogismos y definiciones que le pertenezcan plenamente, qué es sino su negativa de abdicar en favor de la divina estupidez de los ojos cerrados o de la sabia locura de los ensueños?"

Informes de los estadistas, una risa y toda verdad es un escándalo

"Como correspondía, el año pasado preparé un informe oficial sobre mis actos, en cuyo encabezamiento estampó su nombre mi secretario Flegón. He mentido allí lo menos posible; de todas maneras, el interés público y la decencia me forzaron a reajustar ciertos hechos. La verdad que quiero exponer aquí no es particularmente escandalosa, o bien lo es en la medida en que toda verdad es escándalo."

La perspectiva de los historiadores, pura risa.

"Los historiadores nos proponen sistemas demasiado completos del pasado, series de causas y efectos harto exactas y claras como para que hayan sido alguna vez verdaderas;
Los narradores, los autores de fábulas milesias, hacen como los carniceros, exponen en su tabanco pedacitos de carne que las moscas aprecian."

Lo inescrutable del ser humano 

"Casi todo lo que sabemos del prójimo es de segunda mano."

Lo que no fui es lo que me define

"Y la mayoría de los hombres gusta resumir su vida en una fórmula, a veces jactanciosa o quejumbrosa, casi siempre recriminatoria; el recuerdo les fabrica, complaciente, una existencia explicable y clara.

Mi vida tiene contornos menos definidos. Como suele suceder, lo que no fui es quizá lo que más ajustadamente la define: buen soldado pero en modo alguno hombre de guerra; aficionado al arte, pero no ese artista que Nerón creyó ser al morir; capaz de cometer crímenes, pero no abrumado por ellos."

Confiesen, alguna vez dan una leída al horóscopo

"Cuando los cálculos complicados resultan falsos, cuando los mismos filósofos no tienen ya nada que decirnos, es excusable volverse hacia el parloteo fortuito de las aves, o hacia el lejano contrapeso de los astros."
                                                              


Muy loco leer esto. Es como mirar una extraordinaria obra de arte.
Vamos en el primer capítulo en 
El pórtico de Octavia. 
Luz de Barcelona. Luz de Bogotá
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@@@@@+ amor puro, apasionado


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