De millennials mamones. Uno de sus evangelios



La campana de cristal

Sylvia Plath
Editorial Edhasa
384 paginas
Novela contemporánea, narrativa estadounidense
Edición 1998

"Única obra narrativa de la gran poeta norteamericana, ésta es una novela sobre la adolescencia, un retrato de la artista adolescente y de las dificultades que debe salvar para encontrar un lugar propio en un mundo plagado de hostilidades.
Publicada inicialmente bajo el seudónimo de Victoria Lucas, poco después del suicidio de su autora, La campana de cristal es la crónica de un año en la vida de Esther Greenwood, el año de su depresión nerviosa y la terapia profesional siguiente, con ocasionales saltos en el tiempo hacia su época de estudiante, hasta la reintegración final de la protagonista en el mundo. En palabras de Robert Scholes publicadas en el New York Times Review, "esta novela contempla la locura del mundo y el mundo de la locura y nos fuerza a considerar el gran interrogante planteado por toda verdadera ficción realista: ¿qué es la realidad y cómo enfrentarse a ella?"



Entiendo que este libro ha cobrado actualidad en nuestros convulsos tiempos, donde el feminismo roba titulares a diario. Es una especie de lectura infaltable dentro de las feministas incipientes y consumadas. Puede ser una lectura para adolescentes que con toda seguridad se encontrarán identificados con gran parte de las afirmaciones de Sylvia en su época de colegio y primeros trabajos. 

A esta época de insolencia, le sigue una depresión. No se entiende bien causada por qué. Sylvia es una persona con los privilegios de una hija que depende cómodamente de sus padres; se supone que Esther es Sylvia, que su narrativa se basa en su experiencia personal. Es una persona atractiva, exitosa, inteligente, pero siente desapego por ella misma, ridiculiza a su madre, a los médicos que la ven, es displicente, odia a quien la ama. 

Todo un repertorio de adolescente insoportable, que amarga la existencia a quienes la aman, a su madre, y a quienes se da por sentado buscan su mejoría, los médicos. Su egoísmo, patente en todo su comportamiento, la hace pensar que es el centro de atención de todos los comentarios. Al parecer no cabe duda que Esther o Sylvia son talentosas. Esta narrativa escrita antes de los 30 años de edad es prueba de ello. Logra que muchos lectores se identifiquen con ella, evidencia de que está bien escrito. Este libro se ha convertido, en pleno siglo XXI en un libro obligado para feministas. Sobresal por su  permanente actualidad. 

Sin duda su gran valor es poner sobre el tapete la depresión, los intentos de suicidio y la presión social sobre la mujer. No importa que se haya escrito hace 70 años. Es totalmente actual. Las personas siguen siendo las mismas, con los mismos problemas. Cambian las fechas, cambian las circunstancias, pero la depresión sigue ahí.

Una depresión que deriva en suicidio o intentos de suicidio, es tema de preocupación de padres de adolescentes o adultos jóvenes (de lo que trata el libro). La impotencia que produce sobre quienes rodean a esa persona parece repetirse en todas las épocas. Depresión y suicidio, males que familiares del enfermo no encuentran cómo combatir de manera eficaz. Un adolescente deprimido a quien no le sirve nada. Odia a su madre y a su familia. Desinteresado completamente de todo lo que le rodea. Insatisfecho de si mismo y de su situación, al parecer sin una buena razón.

Indeseable situación para una familia que se siente responsable por su bienestar, donde todo el amor, los recursos y los esfuerzos son insuficientes.

Qué ganas de decirle a esas personas que continúen con su actitud, que ya nadie encuentra ninguna forma de ayudar o de intentar enderezar el camino que insisten en recorrer y que claramente va en contra de ellos mismos. 

Qué dolor para la madre. Qué vida tan triste para esos adolescentes deprimidos que quieren irse de este mundo a como de lugar. Egoístas completos. Una situación que no se le desea a nadie.











@@@@@- amor a la baja. Como el que se le tiene a un libro técnico.





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